jueves, 10 de mayo de 2012

¿Los cuentos de hadas existen?

¿Los cuentos de hadas existen?

Comenzaban a soplar los vientos de aquella primavera, y junto a ellos el cariño entre Martina y Benjamín era cada vez más grande. Intentaban verse el mayor tiempo pudieran, mientras los horarios se los permitieran y cuando eso ocurría ya casi como una  tradición era ir por un café en la tarde y pasar luego tomados de la mano, admirándose uno al otro. Las personas cercanas a ellos lograban ver sus sonrisas  aquel brillo en sus ojos que daba prueba de que lentamente un amor muy profundo comenzaba a encontrarse en lo mas profundo de ellos, sin poder ellos tener el control o explicación de lo que estaban sintiendo. 
Luego de pasear un rato juntos, Benjamín la acompañaba hasta donde ella debía ella tomar colectivo a su casa. Allí siempre se abrazaban y besaban como si fuera la última vez, pues querían tener ese sabor en sus labios hasta verse nuevamente. Mientras Ella se iba en el taxi, cuando ya la noche caía en la cuidad, el comenzaba su camino rumbo a casa, lo mas rápido posible, pues sabia que al llegar estaría su amada conectada o algún mensaje de ella tendría. Pues este día no era la excepción por lo que cogió rápidamente su computador y reviso su tan esperado mensaje. 

         - ¿Porque debes ser así de perfecto amado mio? - comenzaba el mensaje de Martina - Me encantaría prolongar cada momento a tu lado por mucho más tiempo. Tengo tanto cariño por ti amor que a veces me crea un susto pero a la vez me alegra pues me siento muy feliz a tu lado. Es como dice una canción: " y fue tan fácil, quererte tanto...algo que no imaginaba”. Sé que será todo casi perfecto estos días pero sea así por mucho tiempo amado mio, pues en tan poco tiempo tengo un cariño hacia ti como si te conociera de mucho antes y mi corazón te hubiese reconocido. Espero no solo quede en palabras que con el tiempo solo se las lleve el tiempo. Ahora seguiré mis estudios, debo seguir estudiando. Estos días que no nos veamos no será lo mismo sin ti y sabes que te extrañare más de lo que tú crees. Éxito mi feíto hermoso. Cuídate mi amado Benjamín, mucho éxito en sus cosas. Martina.

Con un suspiro Benjamín termino de leer aquel mensaje que su amada Martina dejaba en su computadora y con solo leerlo sus ojos le iluminaron como si fuera la única luz dentro de esta habitación en penumbras. Luego de varios suspiros y recordar en su mente el hermoso rostro de Martina, con sus mejillas coloradas, aquel cabello castaño que caía por sus rostro y esa pequeña nariz... comenzó a escribirle en respuesta a ella.

          - Amor mio, sé que tienes miedo, al igual que yo y si es verdad, los primero meses quizás son cuando todo nos calza perfectamente, pero quiero y te prometo que luchare para que todo esto que esta comenzando hace tan poquito se prolongue por toda la vida. No se trata de que sea yo el perfecto, pero a tu lado puedo lograr ser mejor hombre de lo que ya soy, tu me hace ser especial y detallista y sé que seremos muy felices y no importa el resto. Eres la persona que en mis sueños siempre busque, cumples con todo lo que puede hacerme ser mejor y eres la mujer más tierna y hermosa que conozco...si y algo celosa, pero me encanta por que es tu forma de demostrar tu interés por mí. Amada mía te quiero mucho y eres una personita muy especial para mí. Te envío a distancia un beso enorme y un gran abrazo. Cada día que pasa será tu aroma y sabor de tus labios los que me acompañaran hasta que nos veamos nuevamente. Descansa Martina mía. Benjamín.

Al pasar de los días comenzaron a salir mas y mas  disfrutar cada día que podían juntos, pues el sentimiento entre ellos era mas grande, el cual poco a poco dejaron de temerlo pues estaba viviendo una felicidad juntos. Benjamín aun estando en la escuela, mientras Martina cursaba su primer año de universidad, siempre e las arreglaban para lograr verse. Como ya era de costumbre comenzaron a tomar café en una de las calles de la ciudad, “Musetti” se llamaba aquel lugar. O cuando no podía, un café de maquina era la mejor solución. Ella siempre su café cappuccino vainilla, mientras él tomaba solo el cappuccino. Él siempre la dejaría en el taxi para su casa, mientras ella lo observaba cuando el caminaba en dirección a tomar su camino. 
Toda las noches conversaban largas horas, sin darse cuenta pues lo pasaban bien soñando. Así era cada segundo entre ellos y pasaba su tiempo tan rápidamente que no se daban cuenta cuando estaba por cumplir un mes junto a su amada. 

Benjamín sabia que el cumpleaños de Martina se acercaba, pues pensó en darle una gran sorpresa que ella jamás en su vida olvidaría. Pues también se jugaba cada alternativa el con esto. Pues tenia fe de que seria perfecto. Jamás había hecho algo en madera pero esta era la primera vez que lo haría. Así que solamente comenzó a tallar y a crear el mejor regalo que podía hacer. 

Pero no podía ser solo un regalo, debía tener algo muy especial que marcara la  diferencia. Pues en ese momento pensó en una pregunta que ya era tiempo de hacerla.


domingo, 22 de abril de 2012

El comienzo de un alma enamorada

Recuerdo ir por la caminando por la Bonne Nouvelle,  aun estaba oscuro, pues solo daba el reflejo de los largos faroles y su mecha encendida. Pocos carruajes en las calles y algunas que otras personas comenzaban a salir de las puertas de Moulin Rouge. De pronto, de un lugar lúgubre, la silueta de un joven se pierde en la neblina con tal prisa que me cause cierta extrañes. Cruce cuidadosamente para llegar a mi lugar favorito, Delaville Café. 

Tome uno de los periódicos del día, para comenzar mi rutina de siempre, pero este día seria ya algo distinto. Una joven muy bella con cara algo asustada pero a la vez ansiosa, se asomaba por sus ventana en menos de que las manivelas del reloj pudieran comenzar su nuevo ciclo. Durante fácil 40 minutos hizo lo mismo una tras otra. Por uno de las ventanales del cafe pasa un joven casi de la misma edad de ella rápidamente como si se escondiese de alguien. Su forma de vestir me era muy familiar pero no sabia donde la había visto. Lo mas raro, su mirada siempre fue fija a aquella ventana de la joven misteriosa. Yo algo perplejo por toda la situación, decidí saber mas que ocurría , pues era un joven que nunca había visto antes en las calles de Paris. Termine mi café lo mas rápido posible para, desde lejos, poder observar donde se alojada o era el destino de este joven. Cuando fui a la caja, pregunte misteriosamente a Adrianne quien era aquella joven de la ventana. Ella en voz baja solo me responde, ella es quien esta bajo los cuidados de Madame Pompadour. 




A la mañana siguiente, fui al mismo café, para observar un poco más aquel acontecimiento ocurrido. Sin duda me llamo más la atención cuando nuevamente en segundos se nuevamente aquella imagen donde aquella joven observaba por la ventana y en minutos paso este joven en misma dirección que el día anterior. Fue entonces cuando decidí saber más acerca de lo que ocurría, pues era algo muy raro y que antes no sucedió jamás. Pues partí en horas de la tarde a casa de Madame Pompadour. Mi mejor escusa para dar explicación de aquella visita fue:

        - Madame Pompadour, ¡buenas tarde! Como se encuentra su primo
         - Edouard, ¿qué hace Ud. por estos lados, tan lejos de sus suburbios?
          - Madame, no actúe de esa manera cuando solo eh venido a preguntar en paz sobre su Primo.


En ese instante, por un costado de Madame Pompadour, veo el rostro de aquella joven, el cual observaba a escondidas quien tocaba a la puerta. Entonces pregunte...


         - Y ¿aquella joven Madame Pompadour?

Madame en ese momento fuertemente se gira mirando hacia la escalera y solo dice con voz fuerte y de mando 

         - Je vous ai dit ne pas descendre et vous allez vous enterrer dans votre chambre
            


Yo impactado por la forma del trato preferí retirarme rápidamente y tratar de averiguar qué ocurría en París con estos dos jóvenes.
Camine rumbo a la calle Rue de Clèry, hasta llegar a Posada Batimore, lugar donde averigüe se hospedaba este joven. Allí comencé a dejar que los minutos caminaran a su paso, y que llegara la noche. Oír los caballos lentamente mientras prendían los faroles de las avenidas, escuchando el agua correr en aquellos ríos. De pronto como era de esperar, aparece este joven caminando hacia lugares en penumbras, donde a lo lejos vi se encontraba con alguien y se escondieron en un lugar que antes no había visto. Me dirigí entonces, y entre como si fuera otro cliente del lugar. En el fondo de aquel lugar en una mesa entre pilares de mármol y cúpulas pintadas se encontraba el joven con esta otra persona. Al parecer una joven, por su contextura. Yo me senté en una mesa vacía en medio del recinto y pedí un vaso de whisky y un puro. Con el pasar de las horas, me tomé tres vasos, y fue entonces cuando vi el momento exacto para averiguar qué era lo que pasaba en ese entonces. Para mi sorpresa. La joven bajo los mandatos de Madame Pompadour. Yo no podía creerlo, por lo que me senté con ellos y deje que me contasen su historia.  

         - M. Edouard nos ah tomado por sorpresa, pero ya no podemos escondernos de Ud. 
      
          - Elliot, por que has estado escondiendo tu cara de esa forma estos días y actuando de una forma tan fuera de lo común. Que hacen ustedes dos en este lugar a escondidas, no entiendo nada de lo que pasa jóvenes. Si alguien los ve, saben que traerá muchas consecuencias. No es bien visto que jóvenes como ustedes estén en lugares así a estas horas de la noche menos en este lado de la cuidad.


           - Lo sabemos, M. Edouard - pero es nuestra única forma para poder estar juntos. Nos hemos amado desde que nos vimos por primera vez, y nuestras familias saben Ud.,  que son rivales de muchos años, y que se matarían entre ellos mismos si supieran esto. No sabemos como mas actuar, solo queremos irnos lejos de esta cuidad, y encontrarnos y vivir en aquellas colinas lejos de nuestras familias, para lograr tener la nuestra...sin tener que depender de lo que nos digan o de lo que nos prohíban.


          - Joven Elliot, eso es imposible, un amor entre ustedes es como declarar la guerra en esta cuidad. Saben ustedes que la locura que en sus familias hay es única y que matarían a cualquiera por hacer que nunca estén juntos. Sus propias vidas corren peligros.




De pronto una voz tenue y de mucha angustia detrás de nuestra conversa dice:


           -Entonces ayúdenos, por favor M. Edouard... moriría sin el amor de Elliot.

Mis ojos observaron su rostro, y en los dos ojos castaños claros con un brillo que solo las lágrimas pueden dar, o la pena de perder lo más importante en esta vida para una joven como ella.

Quede frío y completamente desolado ante esa voz. El amor de estos jóvenes era único, y que sin duda seria imposible romper aunque los mataran a ellos mismos. Pues este amor rompería barreras y un día encontraría a dos personas que lo mereciera y terminaran algo que ya se estaba escribiendo en este momento. No sabia que hacer, estaba atado de manos, pero no podía quedarme viendo tanto sufrimiento por pensar ellos que jamás estarían juntos. 


En ese instante, sentimos que una silla cae, y alguien sale corriendo. No era más que el peor delator de este sector, quien ya sabía de esto y por dinero solo iría a un lado, los padres de Elliot.

            - Debemos irnos rápido

Fue lo primero que pensé. Pero, ¿que estaba haciendo? Preferí seguir en esto pues ya estaba involucrado. Debía pensar rápido, peor no sabia donde llevarlos. Mi casa seria donde primero buscarían. A mi mente solo se le vino el siguiente nombre: Gwen. Una joven, con algo más que cualquier persona que viviera en París. Muchos decían que era hechicera, otros creían que era bruja. Pues solo era diferente por que podía ver que pasaría en el futuro de las personas, gracias a unas piedras y unas cartas raras que solo ella entendía. Llego hace algunos años juntos a unas personas que no quedaron mucho tiempo acá. Vivían en carpas y tenían distintas costumbres. Ella por amor, se quedo en París, y desde allí cuentan que es una hechicera. Yo la conocía muy bien, y sabía que me ayudaría en esto.


           - Gwen, por favor, déjanos entrar soy yo Edouard.

Se sienten los pasos rápidamente por la escalera, y una puerta vieja se abre en un costado de nosotros.

           -  Entren, rápido...Entra gran amigo mio. 
              Tanto tiempo no venias a verme, sabiendo todo lo que hemos pasado. Pero sé que no es por que no quieras...se por qué aun no entiendes ciertas cosas, ¿no es así Edouard?

          - Me conoces bien querida Gwen, pero sabes que jamás dejaría de venir a verte, o un día olvidarte. Pero no vengo por mí. Eh venido por ellos. Necesitan nuestra ayuda. Viven nuestras historias y no quiero que sufran como nosotros. 

Bajo la luz de una vela, ella los mira, con su rostro a penumbras con una gran sombra, los observa.

           -  Ya eh oído hablar de ustedes dos jóvenes. Mis cartas ya me han dicho por que están hoy aquí. Pero jamás pensé que seria tan grande vuestro amor. Lamento que no será en este tiempo en que ese amor sea permitido y puedan estar juntos. No puedo hacer nada contra ello. El destino ya les tiene escrito su camino. Pero no tengáis miedo de esto, que años más adelante, muchos años más adelante nuevamente se conocerán y reconocerán sus corazones uno del otro. Estarán juntos, pero difíciles cosas deberán vivir. Hoy solo deben enfrentar dos cosas. EL miedo y la muerte

           - Que estas diciendo Gwen - con voz desconcertante dijo Edouard

            - Lo siento, pero no podemos hacer más. Deben aceptar su destino para lograr estar juntos un día - dijo Gwen mientras miraba la ventana.

Los jóvenes sin saber que hacer solo agradecieron por su ayuda, y se marcharon. Edouard no pudo alcanzarlos y los miro desde la puerta como se alejaban y huían. Rápidamente subió las escalas, llegando a la habitación donde seguía Gwen mirándolos alejarse. 
Pasaron las horas y el silencio inundo aquella sala. Edouard no entendía lo que acababa de pasar. Dos veces la misma historia se repetía pero esta vez con el peligro de una muerte entre ella. De pronto Gwen comenzó a dejar caer sus lágrimas mientras una fuerte tormenta comenzaba a caer en París.

            - ¿Qué ocurre? - pregunto 
         
           - Comienza a escribirse ante estar tormenta el destino de esos jóvenes. Luchando por el amor con todas sus fuerzas para lograr salir vivos de todo estos. Su familias detrás de ellos queriendo que atraparlos para matarlos por aquella falta que están cometiendo. En el rió yace el cuerpo del joven muerto por los disparos de la familia Bourgeois, mientras la joven corriendo de su misma familia que pelea con la familia de Edouard se lanza al río para ayudar a bello amado. Es allí como comienza a sepultarse con sangre un amor que dormirá por una eternidad, para que un día vuelvan a encontrarse y enamorase y logren ese destino juntos, por el cual nacerán. Hoy solo quedara el recuerdo de este amor y pasara a la historia, pero en aquel mundo nacerán dos bebes en distintos lados, con algo en común. Serán ellos quienes porten los corazones de estos dos enamorados jóvenes, que fueron su vida por amor. Tendrán la misión de pasara muchas etapas pero lograran eso y con los años podrán forjar algo que es más fuerte que ellos mismo y que se escribió esta noche, un amor para la eternidad y la unión de dos almas pasando a ser una sola.- Mientras daba la vuelta espaldas a la ventando mirando a Edouard solo dice una ultima cosa, con la ultima luz de aquella vela.- Sus nombres serán Martina y Benjamín

              

domingo, 15 de abril de 2012

Una conversación insperada

Era un día nublado, a finales de octubre. En las calles corría un viento que a través de los arboles cantaban su melodía. Benjamín miraba por su ventana mientras estaba sentado con su computador revisando una guía con muchos nombres de una actividad que había participado no hace mucho.
No sabía en realidad qué hacer con ella, pero en su mente solo se acordaba de una niña, que la observo atentamente cuando tuvo la oportunidad de saber quién era ella.  Entre actividades, el de miraba sigiloso a esta muchacha de un cabello castaño, que al parecer era alguien muy tímida, muy risueña y que tenía una sonrisa maravillosa.  En ese momento se le vino la cabeza su nombre, Martina Ignacia al parecer se llamaba, por lo que comenzó a buscar ese nombre en aquel papel.
Lo pensó un momento y no supo si hacia lo correcto o no pero tenía la incertidumbre de saber más de ella, de saber cómo era ella. Por lo que de pronto comenzó a escribir su dirección de e-mail en su computadora y agregarla. Nervioso y ansioso, no sabía cuál sería la reacción de aquella joven, no tenía miedo a que no lo aceptaran. Además solo tenía la curiosidad de conocerla, ya que el pasaba por un momento no muy positivo. De pronto para su sorpresa, ella lo había aceptado, por lo que no dejo pasar segundos y le converso. 
        - Hola...¿como estas?
        - Bien, ¿quién eres....?
Solo es esa pregunto lo dejo congelado, no sabía si seguir o quedar callado y dejar que eso quedara ahí. Pero algo lo hacía querer saber más de ella. 
       - Soy Benjamín, participe de una actividad hace poco que al parecer tú estabas en ella.
       - Ha!!!  ya recuerdo quien eres, ¿como estas?
y así comenzaron a conversar durante ese día distintas cosas, de donde eran cada uno...que hacían...y lentamente saber un pequeño dato de esta otra persona. Ella sin duda era una niña preciosa. El solo recordaba aquella sonrisa, que le creaban unas margaritas pequeñas y que las acompañaba un pequeño color rojo pastel en sus mejillas. Ese día no conversaron hasta muy tarde, pero si el quedo con muchas ganas de que llegara el otro día y poder volver a conversar con ella...sin duda algo provocaba ella, que lo hacía sentir cómodo, tímido, pero con ganas de seguir conociéndola más y más.
Al día siguiente no supo en realidad que estaba pasando...pero si sabía que estaba sintiendo algo que era totalmente desconocido para él.  Benjamín se conecto muy temprano al día siguiente esperando que ella se conectara, pero pasaban las horas y ni una luz de que ella apareciera. Hasta que de pronto, una ventana dando a luz de alegría..."Martina se había conectado".
Como loco solo abrió el chat y le hablo...
      - Hola mi niña, ¿como estas? 
      - Hola, ¿bien y tú?
      - Bien, esperando que alguien se conectara. Tenía muchas ansias de conversar con ella. 
Ella solo sonrío. Para benjamín eso basto para sentirse en ese momento encantado por ella, cosa de niños.
      - ¿Como estuvo tu día? ¿muy pesado?
       - No, al contrario, estuvo muy bien   Respondió ella
      - y tu Martina, ¿qué estudias?      Pregunto Benjamín
    - Pedagogía básica, lo que pasa es que los niños son mi pasión y me encanta trabajar con ellos. ¿y tu Benjamín?
     - Yo aun estoy en la secundaría, lo que pasa es que no he tenido un año muy bueno de salud.
Lentamente comenzaron a conocerse mucho más, y fueron encontrando ciertas cualidades que les comenzaron a llamar la atención uno del otro. Con lo días comenzaron hablar de sueños y de historias perfectas, de los momentos más perfectos que pueden producirse entre una pareja. Por lo que Benjamín comenzó a olvidar a cierta persona que tanto daño le hizo y vio en Martina más de una razón para conocerla y querer hablar más y más. 
Con el tiempo una de las cosas que tuvieron en común es que lo mejor para una cita perfecta, es un café bajo la lluvia caminando por las calles con los faroles prendidos, imaginándose como si fueran las calles de París, en el siglo XVIII mientras los caballos trasladaban a los caballeros y doncellas a sus eventos  de altas alcurnias. Una época donde los amores y los encantos eran historias de maravillosas historias de películas. 

     - Hola Martina, tan temprano por estos lados...me alegra  mucho
      - Benjamín, hola...si lo que pasa es que tuve que realizar un trabajo y me desocupé antes por lo que ahora me  encuentro en casa. Tú, ¿como estas?
      - Bien, acá en casa, un poco aburrido, pero debo estudiar para una prueba, lo que pasa es que tengo muchas en este ultimo tiempo, como estuve con licencia tanto tiempo, se me juntaron, por lo que entre trabajos y pruebas debo sacar todo esto. Aunque para ser sincero, no soy muy estudioso que digamos...pero si o si debo lograr esto.
      - Sin duda debes hacerlo, solo debes confiar en ti mismo, creo que tienes toda las herramientas para lograrlo.
Era así las conversiones de ellos dos, por horas...que no se daban cuenta de cómo avanzaba el tiempo, quizás este ultimo hasta se apuraba, pues cada día se acostaban más tarde conversando y querían que llegara la tarde para hablar nuevamente.
Un día decidieron salir, ya claramente sentían una atracción muy grande, pero lamentablemente Benjamín no podía salir, por lo que invito a Martina y otros amigos a que vinieran a su casa. Era un día de lluvia, muy fuerte, y el estaba ansioso de que ella aceptara, pero tuvo que hacer muchos malabares para convencerla...aunque para ser sincero, eso quería ella también, pero le gustaba como Benjamín la convencía.
     - Realmente quería verte Martina, solo que me siento enfermo vemos películas?
     - No lo sé Benjamín, además no sé dónde vives, y está lloviendo.
     - Pero no vendrás sola, además ellos saben donde vivo. Y   puedes venir muy abrigada, yo te ofrezco acá un café. Por favor, ven Martina.
     - Esta bien Benjamín, les preguntare que dicen ellos, y si dicen que si, iremos a verte.
En ese momento Benjamín comenzó a ordenar rápido para poder dar la mejor impresión, y a planear como seria esa "cita" pues era prácticamente eso. 
Suena la puerta, dijo Benjamín. Deben ser ellos... - debe estar preciosa - eran sus pensamientos en esos segundos. Camino hacia la puerta rápidamente para no dejar que se mojaran mucho. 
         - Hola, adelante pasen, hola Martina...me alegra que hallas venido.
    
Pasó el tiempo, y comenzaron a ver la película, los dos amigos y ella en un sofá grande, color terracota, ubicado frente a su televisor. El pudiendo sentarse en otro lado, prefirió poner una silla a un costado de Martina, para sentirse cerca de ella. Claro que la posición era demasiada incomoda, pues enterraba en sus costillas el apoya brazos del sofá pero no quería cambiarse por nada ni siquiera acomodarse. 
Martina coloco su mano sobre la parte superior del sofá, y sin darse cuenta el también, y aunque solo quería poner su mano sobre la de ella, o comenzar a hacerle cariño no lo hizo. Quería dar la mejor impresión de una primera cita. Aunque solo quería moría por estar más cerca de ella y poder besarle.
Tan tímido estaba y nerviosos Benjamín que para relajarse, ofreció una taza de café a todos, los cuales agradecidos aceptaron aquella invitación. Sin darse cuenta a ella la atendió de una forma distinta...primero a ellos le trajo una taza a cada uno...y a ella le trajo su mejor taza con un platillo para que no fuera a quemarse. Un detalle que por supuesto sus amigos comenzaron de inmediato a molestarlos, y lograron que ella se pusiera roja y el también y que su vergüenza nerviosismo aumentaran tres veces más.
Pasaba el tiempo y sus manos jamás se despegaron de estar juntas, pero sin tocarse siquiera, lo cual hacia ver como un caballero a Benjamín y que para Martina fuera mucho más atractivo. Termino la película y llegaba la hora de irse. Por más que se trato de alargar el tiempo Debían regresar. Afuera la lluvia cada vez era más fuerte, y solo quedaba abrigarse mucho. Martina andaba con una parca con un gorro. En él pelos colgando como si fuera parca de la nieve. Benjamín partió a su pieza a buscar algo para abrigarse. De repente sale por la puerta y lanza una sonrisa. Se puso una parca con el mismo estilo de Martina...desde allí la mayoría de las veces que salían, sin ponerse de acuerdo usaban los mismos colores, como si estos pensaran iguales. Era algo divertido y tontamente tierno a la vez. 
Cuando llego a su casa, Martina se conecto rápidamente, pues quería seguir conversando con este nuevo personaje que poco a poco comenzaba a gustarle un poco más. Él por su lado, comenzaba a sentir cosas que anteriormente no había sentido lo cual no se explicaba si él se había ya enamorado una vez, pero si había sentido amor, que es el mayor sentimiento que uno puede sentir, ¿qué era esta extraña sensación que esta hermosa joven le hacía sentir? algo de miedo le inundo su mente y corazón pero el querer conocerla más y compartir era mayor por lo que siguió conversando mas y mas con ella. Un día decidieron salir juntos, en el centro de la ciudad, a una de las plazas más conocidas. Atardecía lentamente, las luces de los faroles se prendían y era imaginarse en aquellos tiempos donde pasaba aquel hombre con la antorcha prendiendo cada farol mientras pasaban los hombres de la nobleza con sus caballos. Fue una linda salida, donde ambos hicieron volar la imaginación...adelantando un futuro que ni siquiera pertenecía al presente en ese momento pero que los lleno tanto que ambos analizaron la posibilidad de emprender aquel viaje que los llevara a ese hermoso panorama.

Acabado el día, Benjamín llego a su casa subió rápidamente a su pieza para ver si su hermosa joven había llegado. Mientras prendía la computadora, comenzó a decidir ciertas cosas. Estaba listo para querer seguir al siguiente paso, sin duda quería Benjamín entablar el comienzo de una relación con Martina. De crear una ilusión y un sueño por el cual ambos quisieran seguir adelante. Aquella noche, la invito a salir a caminar pero esta vez por la parte costera de la cuidad. Gustosamente Martina acepto la invitación con gran emoción pues volvería a ver quien creaba más que solo mariposas, volvería a ver al joven que le gustaba, y que cada día le gustaba más.

Llego aquel día domingo, un 28 de agosto del año 2008. El ansiosos con todo esto, estaba listo una hora antes, y bajo lentamente a su punto de encuentro. Se daba vueltas y vueltas, esperando que los minutos pasaran más rápido de lo que ya podían pasar. De pronto hacia el lado noroeste de la calle, una joven con su pelo castaño brillando a la luz de un hermoso sol,  era quien más resaltaba de entre la multitud. Martina lentamente se acercaba a donde él la esperaba. Benjamín más nervioso en esos segundos, no sabía cómo actuar ni hacer que las cosas solo se dieran. Cuando llego le dio un beso en sus mejillas y le dio un abrazo. Cogieron algún transporte que llegara hacia alguna parte de la costa, un camino que se hizo eterno, pues los minutos en ese momento olvidaron de pasar, mientras ellos gustosamente estaban más cerca. Benjamín la mira y sonríe, mientras ella se pone un tanto roja. Apenas toman un asiento desocupado. Él la abraza y no la suelta en todo su viaje, que sería el último viaje que harían solos en este tiempo. Pues solo faltarían pocas horas para que todo eso cambiara. 

Luego de 45 minutos, decidieron bajar cercanos a un instituto donde había una amiga de ellos, con la idea de ir a buscarla. Creo que ambos se alegraron de cierta forma cuando ella dijo que no estaba. Comenzaron a caminar por un paseo que había a un costado, el paseo Wheelright. En él, tres miradores en medio del camino, en el cual se acercaron al segundo, a contemplar el reventar de las olas en las rocas justo bajo el mirador. En el lugar hablar de muchas cosas, Benjamín molesto un rato a Martina con que tenia conocidos frente a ellos, en aquella universidad, señalándola con el dedo. Era roja y muy avergonzada no sabía que decir. Pero solo eran bromas. Habían pasado las horas ya y luego de hablar y contemplar tan hermoso paisaje, quedaron frente a frente. Ambos con los corazones muy acelerados por tan hermosos y vergonzoso momento, pero el momento y lugar que el destino había elegido para ellos sellaran algo que estaba a punto de comenzar. Cerca de las 18.00 hrs de ese día, lentamente Benjamín se acerco a su cara, observando aquellos hermosos labios que Martina tenia. A la Vez, ella temblorosa miraba todo el desenlace de lo que estaba sucediendo. De pronto, solo quedaba de lejos la imagen de dos personas en el segundo mirador, que un haz de luz solar les daba la iluminación perfecta, para que por primera vez, se sellara a través de un ultimo primer beso aquella nueva historia que sería la historia más romántica de los últimos tiempos. Es allí cuando todo comienza entre estos dos jóvenes que luego de ese primer beso se miran y se abrazan diciéndose "te quiero".
    
      

viernes, 13 de abril de 2012

Cuando pensamos en un libro, nos preguntamos si somos capaces de hacer algo tan mágico y completo para poder a través de simples palabras, expresar tan puro sentimiento que se esconde en nuestros corazones, de entregar no solo una ficción o sueños, si no que podamos enamorar a los lectores con estas historias, las cuales algo de magia debe haber pero que la gran mayoría es el reflejo de una inspiración, en el cual este caso es sobre dos jóvenes soñadores que comenzaron a compartir un mismo sueños. El tiempo hice que ambos fueran madurando y creciendo, ellos como personas y también como parejas. Podremos imaginar bellas imágenes en este blogger, como es caminar bajo la lluvia tomados del brazo con la persona que comienza a ser tu complemento para ser alguien mejor, y que muchos piensas que solo se da en película. Créanme que si puedes lograrlo y te aseguro que lo mas lindo del mundo es abrazarla bajo la lluvia y decirle cuanto la quieres, que es la mujer mas hermosa y salir corriendo del medio de la nada, por que en eso se transformo su entorno, nada entre ese momento. O imaginarnos un atardecer juntos caminado por la playa con los pies descalzos dejando que el ultimo suspiro de la ola del mar, moje las huellas que dejas atrás y te de la oportunidad de comenzar a escribir nuevas huellas con el andar del tiempo. 

Soy nuevo en todo esto, he iré aprendiendo junto a uds, a ti algo nuevo, lo cual estoy orgulloso de enseñarle al mundo entero. Una historia de sueños, amores, penas pero sin duda de la historia de la ultima pieza. Iré aprendiendo a narrar y a crear un libro, a como transportarlos a situaciones y momentos en los cuales pueda robarles una sonrisa y darles una alegría al final de sus días. Quiero poder entregarles una película de amor y romance en la cual al final de ver o leer cada escena se acuerden de las personas que mas aman y no solo hablamos de parejas, si no de las familias, los amigos, las mascotas que son una parte fundamental en nosotros. De toda manera quiero hacerlos sentir un cuento, y mi forma de hacerlo sera como un diario de vida...contado por un joven enamorado, de como es el proceso en que se dio cuenta que esta persona era la ultima pieza para un equilibrio en su vida, para lograr sueños y tener nuevos también, pero que solo habrá una diferencia en aquellos, ya no estará mas solo soñando.

Por hoy solo dejare el comienzo pero quiero publicar día a día un poco de esta hermosa historia, la cual espero deje enseñanzas de muchas cosas. El amor es tan frágil que a veces no sabemos como sostenerlo, y podemos dañarlo o desilucionarlo por errores muy evitables, pero sin duda si es un amor de verdad...no importa cuanto tiempo pase, siempre permanecerá fuerte, seguro y queriendo sentirse único entre esas dos personas por que lo único que nos traerá como consecuencia que nos demos cuenta que esa persona es....



LA ULTIMA PIEZA DEL PUZZLE