domingo, 22 de abril de 2012

El comienzo de un alma enamorada

Recuerdo ir por la caminando por la Bonne Nouvelle,  aun estaba oscuro, pues solo daba el reflejo de los largos faroles y su mecha encendida. Pocos carruajes en las calles y algunas que otras personas comenzaban a salir de las puertas de Moulin Rouge. De pronto, de un lugar lúgubre, la silueta de un joven se pierde en la neblina con tal prisa que me cause cierta extrañes. Cruce cuidadosamente para llegar a mi lugar favorito, Delaville Café. 

Tome uno de los periódicos del día, para comenzar mi rutina de siempre, pero este día seria ya algo distinto. Una joven muy bella con cara algo asustada pero a la vez ansiosa, se asomaba por sus ventana en menos de que las manivelas del reloj pudieran comenzar su nuevo ciclo. Durante fácil 40 minutos hizo lo mismo una tras otra. Por uno de las ventanales del cafe pasa un joven casi de la misma edad de ella rápidamente como si se escondiese de alguien. Su forma de vestir me era muy familiar pero no sabia donde la había visto. Lo mas raro, su mirada siempre fue fija a aquella ventana de la joven misteriosa. Yo algo perplejo por toda la situación, decidí saber mas que ocurría , pues era un joven que nunca había visto antes en las calles de Paris. Termine mi café lo mas rápido posible para, desde lejos, poder observar donde se alojada o era el destino de este joven. Cuando fui a la caja, pregunte misteriosamente a Adrianne quien era aquella joven de la ventana. Ella en voz baja solo me responde, ella es quien esta bajo los cuidados de Madame Pompadour. 




A la mañana siguiente, fui al mismo café, para observar un poco más aquel acontecimiento ocurrido. Sin duda me llamo más la atención cuando nuevamente en segundos se nuevamente aquella imagen donde aquella joven observaba por la ventana y en minutos paso este joven en misma dirección que el día anterior. Fue entonces cuando decidí saber más acerca de lo que ocurría, pues era algo muy raro y que antes no sucedió jamás. Pues partí en horas de la tarde a casa de Madame Pompadour. Mi mejor escusa para dar explicación de aquella visita fue:

        - Madame Pompadour, ¡buenas tarde! Como se encuentra su primo
         - Edouard, ¿qué hace Ud. por estos lados, tan lejos de sus suburbios?
          - Madame, no actúe de esa manera cuando solo eh venido a preguntar en paz sobre su Primo.


En ese instante, por un costado de Madame Pompadour, veo el rostro de aquella joven, el cual observaba a escondidas quien tocaba a la puerta. Entonces pregunte...


         - Y ¿aquella joven Madame Pompadour?

Madame en ese momento fuertemente se gira mirando hacia la escalera y solo dice con voz fuerte y de mando 

         - Je vous ai dit ne pas descendre et vous allez vous enterrer dans votre chambre
            


Yo impactado por la forma del trato preferí retirarme rápidamente y tratar de averiguar qué ocurría en París con estos dos jóvenes.
Camine rumbo a la calle Rue de Clèry, hasta llegar a Posada Batimore, lugar donde averigüe se hospedaba este joven. Allí comencé a dejar que los minutos caminaran a su paso, y que llegara la noche. Oír los caballos lentamente mientras prendían los faroles de las avenidas, escuchando el agua correr en aquellos ríos. De pronto como era de esperar, aparece este joven caminando hacia lugares en penumbras, donde a lo lejos vi se encontraba con alguien y se escondieron en un lugar que antes no había visto. Me dirigí entonces, y entre como si fuera otro cliente del lugar. En el fondo de aquel lugar en una mesa entre pilares de mármol y cúpulas pintadas se encontraba el joven con esta otra persona. Al parecer una joven, por su contextura. Yo me senté en una mesa vacía en medio del recinto y pedí un vaso de whisky y un puro. Con el pasar de las horas, me tomé tres vasos, y fue entonces cuando vi el momento exacto para averiguar qué era lo que pasaba en ese entonces. Para mi sorpresa. La joven bajo los mandatos de Madame Pompadour. Yo no podía creerlo, por lo que me senté con ellos y deje que me contasen su historia.  

         - M. Edouard nos ah tomado por sorpresa, pero ya no podemos escondernos de Ud. 
      
          - Elliot, por que has estado escondiendo tu cara de esa forma estos días y actuando de una forma tan fuera de lo común. Que hacen ustedes dos en este lugar a escondidas, no entiendo nada de lo que pasa jóvenes. Si alguien los ve, saben que traerá muchas consecuencias. No es bien visto que jóvenes como ustedes estén en lugares así a estas horas de la noche menos en este lado de la cuidad.


           - Lo sabemos, M. Edouard - pero es nuestra única forma para poder estar juntos. Nos hemos amado desde que nos vimos por primera vez, y nuestras familias saben Ud.,  que son rivales de muchos años, y que se matarían entre ellos mismos si supieran esto. No sabemos como mas actuar, solo queremos irnos lejos de esta cuidad, y encontrarnos y vivir en aquellas colinas lejos de nuestras familias, para lograr tener la nuestra...sin tener que depender de lo que nos digan o de lo que nos prohíban.


          - Joven Elliot, eso es imposible, un amor entre ustedes es como declarar la guerra en esta cuidad. Saben ustedes que la locura que en sus familias hay es única y que matarían a cualquiera por hacer que nunca estén juntos. Sus propias vidas corren peligros.




De pronto una voz tenue y de mucha angustia detrás de nuestra conversa dice:


           -Entonces ayúdenos, por favor M. Edouard... moriría sin el amor de Elliot.

Mis ojos observaron su rostro, y en los dos ojos castaños claros con un brillo que solo las lágrimas pueden dar, o la pena de perder lo más importante en esta vida para una joven como ella.

Quede frío y completamente desolado ante esa voz. El amor de estos jóvenes era único, y que sin duda seria imposible romper aunque los mataran a ellos mismos. Pues este amor rompería barreras y un día encontraría a dos personas que lo mereciera y terminaran algo que ya se estaba escribiendo en este momento. No sabia que hacer, estaba atado de manos, pero no podía quedarme viendo tanto sufrimiento por pensar ellos que jamás estarían juntos. 


En ese instante, sentimos que una silla cae, y alguien sale corriendo. No era más que el peor delator de este sector, quien ya sabía de esto y por dinero solo iría a un lado, los padres de Elliot.

            - Debemos irnos rápido

Fue lo primero que pensé. Pero, ¿que estaba haciendo? Preferí seguir en esto pues ya estaba involucrado. Debía pensar rápido, peor no sabia donde llevarlos. Mi casa seria donde primero buscarían. A mi mente solo se le vino el siguiente nombre: Gwen. Una joven, con algo más que cualquier persona que viviera en París. Muchos decían que era hechicera, otros creían que era bruja. Pues solo era diferente por que podía ver que pasaría en el futuro de las personas, gracias a unas piedras y unas cartas raras que solo ella entendía. Llego hace algunos años juntos a unas personas que no quedaron mucho tiempo acá. Vivían en carpas y tenían distintas costumbres. Ella por amor, se quedo en París, y desde allí cuentan que es una hechicera. Yo la conocía muy bien, y sabía que me ayudaría en esto.


           - Gwen, por favor, déjanos entrar soy yo Edouard.

Se sienten los pasos rápidamente por la escalera, y una puerta vieja se abre en un costado de nosotros.

           -  Entren, rápido...Entra gran amigo mio. 
              Tanto tiempo no venias a verme, sabiendo todo lo que hemos pasado. Pero sé que no es por que no quieras...se por qué aun no entiendes ciertas cosas, ¿no es así Edouard?

          - Me conoces bien querida Gwen, pero sabes que jamás dejaría de venir a verte, o un día olvidarte. Pero no vengo por mí. Eh venido por ellos. Necesitan nuestra ayuda. Viven nuestras historias y no quiero que sufran como nosotros. 

Bajo la luz de una vela, ella los mira, con su rostro a penumbras con una gran sombra, los observa.

           -  Ya eh oído hablar de ustedes dos jóvenes. Mis cartas ya me han dicho por que están hoy aquí. Pero jamás pensé que seria tan grande vuestro amor. Lamento que no será en este tiempo en que ese amor sea permitido y puedan estar juntos. No puedo hacer nada contra ello. El destino ya les tiene escrito su camino. Pero no tengáis miedo de esto, que años más adelante, muchos años más adelante nuevamente se conocerán y reconocerán sus corazones uno del otro. Estarán juntos, pero difíciles cosas deberán vivir. Hoy solo deben enfrentar dos cosas. EL miedo y la muerte

           - Que estas diciendo Gwen - con voz desconcertante dijo Edouard

            - Lo siento, pero no podemos hacer más. Deben aceptar su destino para lograr estar juntos un día - dijo Gwen mientras miraba la ventana.

Los jóvenes sin saber que hacer solo agradecieron por su ayuda, y se marcharon. Edouard no pudo alcanzarlos y los miro desde la puerta como se alejaban y huían. Rápidamente subió las escalas, llegando a la habitación donde seguía Gwen mirándolos alejarse. 
Pasaron las horas y el silencio inundo aquella sala. Edouard no entendía lo que acababa de pasar. Dos veces la misma historia se repetía pero esta vez con el peligro de una muerte entre ella. De pronto Gwen comenzó a dejar caer sus lágrimas mientras una fuerte tormenta comenzaba a caer en París.

            - ¿Qué ocurre? - pregunto 
         
           - Comienza a escribirse ante estar tormenta el destino de esos jóvenes. Luchando por el amor con todas sus fuerzas para lograr salir vivos de todo estos. Su familias detrás de ellos queriendo que atraparlos para matarlos por aquella falta que están cometiendo. En el rió yace el cuerpo del joven muerto por los disparos de la familia Bourgeois, mientras la joven corriendo de su misma familia que pelea con la familia de Edouard se lanza al río para ayudar a bello amado. Es allí como comienza a sepultarse con sangre un amor que dormirá por una eternidad, para que un día vuelvan a encontrarse y enamorase y logren ese destino juntos, por el cual nacerán. Hoy solo quedara el recuerdo de este amor y pasara a la historia, pero en aquel mundo nacerán dos bebes en distintos lados, con algo en común. Serán ellos quienes porten los corazones de estos dos enamorados jóvenes, que fueron su vida por amor. Tendrán la misión de pasara muchas etapas pero lograran eso y con los años podrán forjar algo que es más fuerte que ellos mismo y que se escribió esta noche, un amor para la eternidad y la unión de dos almas pasando a ser una sola.- Mientras daba la vuelta espaldas a la ventando mirando a Edouard solo dice una ultima cosa, con la ultima luz de aquella vela.- Sus nombres serán Martina y Benjamín

              

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